La historia del refresco Yoli
- Autor ♛
- 19 ago 2020
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Seguramente más de una vez te has refrescado con esta deliciosa bebida originaria de Taxco, Guerrero. ¿Cómo olvidar su clásico y único sabor? Y es que una Yoli bien fría en botella de vidrio es la compañía perfecta en la comida, además de ser el remedio ideal en un día caluroso. Te contamos la historia detrás de uno de los refrescos mexicanos más queridos.
La vencedora
Don Manuel Castrejón, el fundador y creador de Yoli, antes de su gran éxito se dedicaba al comercio de jabones y posteriormente fue dueño de dos minas. Todo comenzó en 1918 como un pequeño negocio local en Taxco, su nombre era ‘La Vencedora’. En 1925 la bebida ya cuenta con gran aceptación, llegando a venderse fuera de la comunidad en la ciudad de Iguala. En 1933, La Vencedora cambia su nombre a Yoli, el cual perduraría hasta la actualidad.
La Yoli
Manuel Castrejón y su esposa, la señora Conchita Diez, tuvieron dos hijos Jaime y Yolanda Castrejon Diez. En honor a su pequeña hija es que este refresco fue bautizado como: Yoli.
Te preguntarás, ¿cuál es el ingrediente especial que hace de Yoli un clásico inigualable? La receta original fue creada para obtener un sabor natural. La base en su preparación es: ralladura de cáscara de limón mezclada con jugo de limón hervido y azúcar.
¡Se le botó la canica!
En un inicio las botellas ocupadas para envasar Yoli eran únicamente de vidrio. Para sellar la botella se colocaba una canica en la parte superior, después se fijaba con brea, un pegamento también conocido como mucilago.
Para poder abrir el refresco había que agitar rápidamente la botella, la presión del gas hacía que la canica saliera disparada. De aquí viene la famosa frase “Se le botó la canica” para referirse a alguien que se volvió loco, pues al salir la canica volando el refresco también era expulsado bulliciosamente, como si estuviera loco.
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